- El alma de la burguesía merece morir con el estómago lleno de champán Krugg del 72 y los ojos velados por los vapores de los especiales Davidoff. Cada mañana desayuno tres suficientes canapés de caviar iraní y una copa de champán francés con zumo de naranja. (...)
- Nunca como rutinariamente, Carvalho, ¡nunca! Ningún sentido merece ser tratado rutinariamente porque mediante los sentidos estamos vivos.
- En mi casa comemos a la carta. Al menos cinco posibilidades de elección cada día y en cada plato. Mi mujer y yo hacemos régimen para mantenernos en forma.
- Nada triste.
- Langosta a la parrilla con una ligera salsa de alcaparras o un solomillo a las hierbas o incluso un estofado de toro hecho casi sin grasa.
- Envié a mis cocinero a unos cursos especiales sobre cocina dietética que da el profesor Bricher Benner.
- ¿Sabe usted lo que me cuesta el cocinero? Ante todo pagarle suficientemente para que no se marche de motu propio y luego costearle una malla que le impida marcharse ante tentaciones exteriores. Tengo a toda su familia colocada en mi empresa. Pero un cocinero es el amigo más fiel del hombre y si mi cocinero muriera, Carvalho, le lloraría desconsoladamente.
- Tengo cinco mil botellas en mi bodega del Ampurdán y unas dos mil en la de Barcelona. Las mejores cosechas de vinos franceses. Poco español. Algunos blancos porque a veces me apetece un vino verde gallego muy frío, en verano o cuando tengo sed.
- Mañana me voy a París, a cenar en la Tour d'Argent, y al día siguiente a Lyón a comer en el Paul Bocuse. Es un viaje de rearme moral gastronómico.
- ¿Lo ve? ¿cree usted que me he equivocado de sistema de vida?
- Grotesco.
- Vivo de puta madre, ¡de puta madre!
Manuel Vázquez Montalbán - La soledad del manager
Los Huevos Benedict, (en inglés Eggs Benedict) son un plato que consiste en dos mitades de un bagel, generalmente cubiertos con panceta o tocino ahumado o pastrami (a veces conocido como back bacon -canadiense-, que en Estados Unidos se denomina "Canadian Bacon"), y huevos escalfados así como la muy popular salsa holandesa.
Existen diferentes posibles explicaciones para describir el origen de los huevos Benedict.
En una entrevista realizada en la columna "Talk of the Town" del The New Yorker en el año1942, el año antes de su muerte, Lemuel Benedict, un corredor retirado de Wall Street, reclamaba en el lujoso Waldorf Hotel en el año 1894 encontrar la cura a la resaca y para ello pidió: "buttered toast, poached eggs, crisp bacon and a hooker of hollandaise" (tostada con panceta huevos escalfados y salsa holandesa). Oscar Tschirky, el maître d'hôtel y conocido como el legendario "Oscar of the Waldorf", se impresionó por la petición y pronto lo incluyó en el menú de desayuno, pero sustituyó la tostada por el Muffin inglés.
Craig Claiborne en septiembre del año 1967 escribió una columna en The New York Times Magazine sobre la carta recibida por Edward P. Montgomery, un Americano que residía en Francia. En ella, Montgomery relataba que el plato fue creado por el comodoro E.C. Benedict, un banquero que murió en el año 1920 a la edad de 86. Montgomery incluyó una receta para los eggs Benedict, mencionando que se la había enseñado su madre, quien la recibió de su hermano, que era, a su vez, amigo del comodoro.
Mabel C. Butler de Vineyard Haven, Massachusetts en una carta de noviembre de 1967 impresa en el The New York Times Magazine responde a Montgomery, contando la "verdadera historia, bien conocida por los parientes de la esposa de Le Grand Benedict", de quien ella fue una cliente. La historia reza así: "Mr. y Mrs. Benedict, cuando vivían en New York a finales de siglo, comían cada viernes en Delmonico's. Un día, la Sra. Benedict dijo al maitre d' hotel, "¿No tiene usted hoy algo nuevo y diferente que sugerirnos?" Y él les indicó huevos escalfados sobre una tostada de bagels ingleses y una tira de jamón, todo ello recubierto de salsa holandesa.
Vamos hoy con una receta "fisna, fisníííísima", digna de cualquier consejero, alcalde, congresista o senador dispuesto a desayunar elegantemente en la cama, equipado de pijama listado, y pertrechado de la bandeja adecuada a tal gozoso fin.
Grado de dificultad: Disponer de alguien que los cocine y te los sirva en tan embarazosa situación, ya que la elaboración de la salsa holandesa (que por cierto es originaria de la cocina tradicional francesa), se las trae. Si sois creyentes rezad, y si no, buscad una página donde os lo expliquen con mayor detalle. Si, como en mi caso, no disponéis de sirviente, y, además os cuesta desperezaros por la mañana, emplead el truquito 'expréss' que os paso.
Ingredientes:
- Huevos de corral
Al estilo rústico |
Para los refinados |
- Lonchas de tocino ibérico, o bien para l@s de la 'operación biquini', unas lonchas de jamón ibérico.
- 1 yema de huevo de corral.
- 2 cucharadas de mahonesa casera, o más 'exprés' aún, de mahonesa de bote
- Un pellizco de queso para rallar.
- Sal y pimienta al gusto.
Manos a la obra:
1 - Poner a Jan Lundgren jazzeando "Computerliebe" de Kraftwerk.
Operación batido |
Operación escalfado |
Por aquéllo de la estética... |
Operación tueste |
Primera etapa al estilo rústico |
Al estilo refinado |
Segunda etapa |
Listo para degustar |
9 - Que te los sirvan, y a......................¡¡¡triunfaaaaaar!!!
8 comentarios:
Este sí que es un desayuno reconstituyente. La música también anima a levantarse.
Esto es desayunar como Dios manda. Algo bueno tenían que tener los ingleses...
Parece más un desayuno español porque después de comerlo apetece prolongar la cama con una siesta.
Pues no es mala idea...
Bueno, y si se tiene el corral ahí mismo... el no va más.
Para los huevos, digo.
Pensé que para el refocile...
jeje.
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