sábado, 11 de octubre de 2014

Ancas de rana marinadas y rebozadas




Bocatto di cardinale

La rana es un anfibio que agrada o repele, no existe término medio ante un plato de rana en el restaurante. Y digo restaurante porque en España es prácticamente imposible consumirlas en casa, a no ser que las pesque uno mismo o que consigamos por encargo esas mini ranas congeladas de procedencia incierta y que suelen ser las que figuran en muchos restaurantes. En Francia, en las pescaderías o en los mercados callejeros de París, se encuentran con facilidad, ensartadas por docenas. Se venden a un precio de lujo, frescas, eso sí, aunque también de importación. Son carnosos, esbeltas, de muslos lustrosos, prueba de que han estado muy bien o muy mal alimentadas, según se mire, como los caracoles de granja, cautivas y con ese croar que parece que anuncia el fin del mundo y la llegada de las tinieblas nocturnas.
La carne de las ranas es más bien sosita. Se asemeja a la del conejo en textura, o más bien recuerda a la del pollo. Entre una cosa y la otra: es una carne como indefinida. Si está mal condimentada no sabe a nada, y rebozada con miga de pan me parece horrible, porque el rebozado domina de tal forma el conjunto de sabores, que da igual lo que comas; si es un frito fino y elegante como a la andaluza mejor, pero el sabor a fritura continúa dominando. En cambio, las ranas cocinadas con ajo, perejil y mantequilla como los caracoles a la borgoñona, no están nada mal, ya que la mantequilla colorea y da sabor a la carne, y si se tiene prudencia con el ajo son gustosas. El famoso cocinero Bernard Loiseau, del que ya hemos hablado en otras ocasiones, popularizó en su restaurante de La Côte d'Or, en plena Borgoña, unas ancas con puré de ajo y salsa de perejil que son una delicia, uno de los platos emblemáticos de la moderna cocina francesa. Les puedo asegurar que perdurará porque con los mismos ingredientes tradicionales, y, por lo tanto, con sabores que funcionan, Loiseau supo dar al plato un estilo diferente con una dosis de creatividad que se aprecia.
El ilustre Auguste Escoffier, durante su estancia en el Savoy de Londres, inventó una receta de ancas de rana cuyo nombre estaba pensado para engañar a los ingleses, a los que, como es sabido, les horroriza comerlas. Escoffier llamó a su receta "muslos de ninfas de la aurora" y así fueron aceptadas en la mesa del mismísimo príncipe de Gales.
El recetario que se puede realizar con ancas de rana es amplísimo y se pueda optar por el tipo de cocción de preparación que prefiera cada uno: en sopa, en consomé, fritas, a la crema… Salteadas con sofrito de cebolla y tomate es como las he servido durante muchos años en el restaurante. Existe una receta antigua de ranas con ajos fritos y acompañada de unos huevos estrellados que me suena muy barroca y no he tenido la ocasión de probar. Las ranas se pueden guisar, se pueden servir glaseadas y frías para aperitivos, incluso es posible hacer con ellas un flan o un suflé como el que es especialidad de l'Aubege d'Ill, en Alsacia, pero sobre todo tienen que ser muy frescas, pues su carne es de una enorme fragilidad.
Reconozco que les puede parecer un poco absurdo darles una receta que no pueden realizar en casa por falta de ranas, pero éstas se pueden sustituir por otro producto como los caracoles sacados de sus caparazones, que hervidos y luego salteados están riquísimos; desde luego, estaríamos ante un plato totalmente distinto, pero coincidirán conmigo y con el refrán que "el saber no ocupa lugar". Sobre ranas en general se sabe poco o casi nada, y gastronómicamente hablando son Bocatto di cardinale.

Santi Santamaría - Palabra de cocinero

El pintor Mariano nos reunió en una cena, particularmente exquisita en un momento en que todo faltaba en Cuba, y Lezama llegó con un apetito jamás desmentido desde la sopa hasta el postre. Cuando lo vi saborear el pescado y beber su vino como un alquimista que observa un precioso licor en su redoma, sentí lo que luego "Paradiso" habría de darme tan plenamente: el descubrimiento de una poesía capaz de abarcar no sólo el esplendor del verbo sino la totalidad de la vida desde la más ínfima vida hasta la inmensidad cósmica. 
Recuerdo que pensé en la frase de Descartes, cuando un pedante que lo veía comer con apetito se maravilló de que un filósofo pudiera acceder hasta ese punto a la sensualidad y Descartes le respondió: "¿ Pero es que creéis, señor, que Dios ha creado estas maravillas sólo para el placer de los imbéciles?"

Julio Cortázar - Encuentros con Lezama Lima

Vamos hoy con una receta de ancas de rana que une la tradición campurriana del rebozo y posterior fritura a la del marinado con algunos ingredientes típicamente asiáticos. Las ancas de rana, permitidme la licencia, son un placer oculto a dueños de fobias, manías y otras perversiones diversas y abierto a aquéllas personas que antepongan el placer gastronómico a los prejuicios y traumas. 
Al ser éstas congeladas, aunque de origen cierto (indonesio), y ser intrínsecamente insípidas, me he tomado la libertad de marinarlas durante 24 horas, y conseguir de esta forma, una aportación suplementaria de aromas enriquecedores.

Grado de dificultad: Conseguir hacer acopio de anfibios sin infringir la ley.

Ingredientes:

Las ancas
- 1 kg de ancas de rana

 Para el marinado:
- 1 vaso de salsa de soja
- Un buen trozo de jengibre rallado

Algunos ingredientes
- El zumo y las pieles ralladas de dos limones

¿Qué haríamos sin él?
- Un puñado de perejil

Unas gotas de veneno
- Unas gotas de Tabasco (picante al gusto)
- 2 dientes de ajo
- Sal y pimienta al gusto (ojo que la salsa de soja tiene sal abundante)

Para la fritura:
- Harina
- Huevos de corral
- Aceite de oliva virgen extra

Manos a la obra:
1 - Poner a Akiko jazzeando "Come together" de Lennon/McCartney.
2 - Batir los ingredientes del marinado, untar las ancas y mantenerlas durante 24 horas en el frigorífico.

Operación marinado
3 - Escurrir las ancas, secarlas con un papel absorvente si fuera preciso. Reservar.

Operación harina...
...huevo...
...y fritura
4 - Enharinar las ancas, pasrlas por huevo y freirlas a fuego vivo.
5 - Servirlas  inmediatamente, y a..............................¡¡triunfaaaaaaaaaaaar!!!

13 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Un manjar las ancas de rana, sobre todo si están marinadas.

Sirgatopardo dijo...

Hay que animarse a comerlas.

Juan Nadie dijo...

A mí no me hace falta animarme para estas cosas.

marian dijo...

Eso del "placer oculto" suena sugerente, pero...

marian dijo...

Y estarán buenísimas, eso seguro.Ese rebozado es de exposición, pero...

marian dijo...

Reconozco que para el tema "comida" soy de piñón fijo (no siempre, claro) Solamente las comería en caso de necesidad.

Sirgatopardo dijo...

A ti, para lo que hay que animarte, es para cocinar.

Sirgatopardo dijo...

No sabes lo que te pierdes. Las ranas con un buen vino alabariño...

marian dijo...

Es cierto, no lo sé.
Tampoco sé si hay que animarme, Gato, es posible, pero no te lo puedo asegurar. Mi astrólogo personal está en Marte haciendo un Máster de Cocina del Universo y no le puedo consultar.

marian dijo...

No sabes lo bien que se come en Marte.

Sirgatopardo dijo...

Y en Miércole, y en Jueve....

marian dijo...

Arsa qué grasia tiene el cocinero.

marian dijo...

(Cosinero)