Las judias francesas |
Diferentes aplicaciones del azúcar
Las boticas han dado entrada en el mundo al azúcar, y principal debía ser el papel que en la Farmacia representa, porque para designar falta de algo esencial, se decía: Es como boticario sin azúcar. Bastaba tal procedencia para que se recibiese desfavorablemente. Unos decían que era ardoroso, otros,que atacaba el pecho y algunos, que predisponía a ataques apopléjicos; pero la calumnia fue forzada a huir ante la verdad y ya hace más de ochenta años que se profirió este memorable apotegma: El azúcar sólo al bolsillo daña.
Bajo égida tan impenetrable se ha hecho cada día más frecuente, así como más general el uso del azúcar, y de las substancias alimenticias, ninguna ha sido objeto de mayor número de amalgamas y transformaciones. Gusta a muchos comer azúcar puro y, en algunos casos, desesperados casi siempre, la facultad médica lo receta como remedio que no puede hacer daño y que al menos nada tiene de repugnante.
Mezclada con agua produce agua azucarada, bebida refrescante, saludable, grata y a veces remedio que cura.
Mezclado en mayor cantidad con agua y reconcentrado por el fuego, produce jarabes que, adicionados con diversas esencias, sirven para refrescos agradables a todos por su variedad.
Mezclado con agua, a la que después se haga substraer calórico, según el arte, da helados. Éstos son de origen italiano y su importación parece que se debe a Catalina de Médicis.
Mezclado con vino produce un cordial confortativo hasta tal punto que en algunos países sirve para humedecer tostadas y dárselas en la noche del día de boda a los que han contraído esponsales, así como en Persia, con igual motivo, suministran pies de carnero preparados en vinagre.
Mezclado con harina y huevos da bizcochos, almendrados, sequillos, bollos, hojaldres y esa multitud de pastas ligeras que forman el arte bastante moderno de la pastelería ambulante.
Mezclado con leche produce cremas, natillas, manjares blancos y demás platos de repostería, que tan agradablemente terminan la primera parte de una comida, sustituyendo al sabor sustancioso de las carnes otro aroma más fino y etéreo.
La fragancia del café es mayor mezclado con azúcar. Con café y leche da un alimento ligero, agradable, fácil de hacer y que sienta perfectamente a los que están obligados a trabajar al instante después del almuerzo. El café con leche también agrada soberanamente a las señoras; pero la vista perspicaz dela ciencia ha descubierto que, tomándolo con demasiada frecuencia, puede perjudicarles lo que tienen en mayor estimación.
Mezclado con frutas y flores produce dulces, compotas, conservas, tortas, confites y constituye métodos de conservación que nos permite disfrutar del aroma de frutas y flores por mucho tiempo después de terminada la época que la Naturaleza les fijó de vida.
Quizá considerándolo en este último punto de vista, podrían los azúcares emplearse ventajosamente en el arte de embalsamar, tan poco adelantado todavía entre nosotros.
Por último, mezclado con aguardiente, da licores espirituosos que, como es sabido, se inventaron para reanimar la vejez de Luis XIV, y los cuales, apoderándose del paladar por su energía y del olfato por los gases aromáticos que contienen, forman actualmente el nec plus ultrade los placeres del gusto.
Las aplicaciones del azúcar no se limitan a las indicadas hasta aquí. Puede decirse que es el condimento universal y que no echa a perder cosa alguna. Algunos comen los platosde carne con azúcar, a veces se toma con legumbres, y, frecuentemente, con las frutas del tiempo. Es aditamento de mesa de las bebidas compuestas más a la moda, tales como el ponche, el negus, el sillabuby otras de origen exótico. Los usos del azúcar varían infinitamente porque se modifican al antojo de los pueblos e individuos.
Tal es esa substancia que los franceses del tiempo de Luis XIII apenas si de nombre conocían y que para los del siglo XIX es artículo de primera necesidad; porque no hay mujer alguna, sobre todo de clase acomodada, que no gaste más dinero en azúcar que en pan.
El señor Delacroix, escritor tan amable como fecundo, se quejaba en Versalles del precio del azúcar, que costaba entonces más de 5 francos la libra. «¡Ay! —decía con voz dulce y tierna-, si el azúcar se pone alguna vez a 30 sueldos, no beberémás que agua endulzada.» Están cumplidos sus deseos; todavía vive y creo que hará lo que se había propuesto.
J.A. Brillat-Savarin - La fisiología del gusto
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Operación Two |
11 comentarios:
Bueno, bueno, francesas, de aquí al lado. Me gustan las dos, más la otra.
El azúcar, como bien sabrás, neutraliza la acidez del tomate en salsa.
La cabalgata, que nada, que no está autorizada en tu país.
Es que estas son francesas de verdad.
Yo también prefiero las planas, y como sigo de obras, no cambio el video...
Las obras del Pilar, parecen.
Yo pondría uno de Doris Day, tanto sugar...
Estos días estoy comiendo judías como si se fuesen a acabar. Es que tengo una remesa importante, pero no francesas, sino de la zona. Riquísimas, oye... Si además me gustasen, sería la leche.
No, en serio, son muy buenas.
El sábado te explico como se pueden preparar...
Aquí la única Day que se pone, es Lady Day.
He dicho.
Bien dicho.
O sea que ha quedado claro.
Cristalino:)
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