martes, 16 de diciembre de 2014

Pollo de corral 'irish style'



"Mantén el corazón y la cerveza negra siempre a mano"
Walter Scott


Un relato egipcio llega a atribuir a la cerveza haber salvado a la humanidad de la destrucción. Ra, el dios del sol, descubrió que la humanidad conspiraba contra él y mandó a la diosa Hathor a imponer un castigo. Sin embargo, su ferocidad fue tal que Ra temió que pronto no quedara nadie para venerarlo, y se apiadó de la humanidad. Preparó una ingente cantidad de cerveza -siete mil jarras, en algunas versiones de la historia-, la tiñó de rojo para que pareciera sangre y la diseminó por los campos, donde resplandeció como un inmenso espejo. Hathor se detuvo a admirar su reflejo y luego se agachó para beber un poco de la mezcla. Se embriagó, cayó dormida y se olvidó de su sanguinaria misión. La humanidad se salvó y Hathor se convirtió en la diosa de la cerveza y la fermentación. Se han hallado versiones de esta historia inscritas en las tumbas de algunos reyes egipcios, entre ellos Tutankamón, Seti I y Ramsés el Grande.


La historia del mundo en seis tragos  Tom Standage


Dionisio Pérez compartió su nacionalismo culinario con toda una generación de restauradores o tratadistas, en la que se incluyó al prolífico catalán Ignacio Domènech Puigcercós, empeñada en un ajuste de cuentas con la prepotencia gastronómica de Francia. No hay afirmación de lo propio sin negación de lo ajeno, y se descubren acentos de "victimismo" culinario español a cargo de los franceses. Porque los desconsiderados vecinos, no sólo se habían apropiado de la salsa mahonesa rebautizada "mayonnaise" por el nefasto Carême, sino que el mariscal napoleónico Junot, en su retirada de España, se llevó un recetario de moluscos y mariscos del monasterio de Alcántara, que, al decir de los ultras gastronómicos españoles, fue la base de la gran cocina burguesa francesa del siglo XIX. Y no contentos con quitarnos la salsa mahonesa y los recetarios, los franceses envían espías como Dumas (don Alejandro) a copiar nuestras fórmulas y a despreciar por escrito nuestras cazuelas, instalando una malvada fama universal de país mal guisador y comedor. También la llegada de la casa de Borbón al trono de España significó la definitiva la entrada de modos afrancesados que incluían la cocina y una cierta esquizofrenia del paladar: por una parte, pendiente de la propia memoria y,  por otra, una cocina de prestigio, evidentemente francesa.

Manuel Vázquez Montalbán - Contra los gourmets


Si los franceses osario apropiarse de algunas de nuestras recetas, no vamos a ser menos y vamos a elaborar una receta al estilo del famoso "estofado irlandés" vulgarmente conocido como "irish stew", eso sí, permietiéndonos la licencia de cambiar el carne de vacuno por la de pollo de corral pero restando religiosamente la magia de la cerveza Guiness. Uno, tuvo la suerte de presenciar en directo las devotas preregrinaciones de los irlandeses a la fábrica que el citado fabricante tiene en Dublin. Ríase usted de  la ruta jacobea. Otra vez será cuando nos atengamos estrictamente a la receta original.

Grado de dificultad: Verter la cerveza en la cazuela y no derramar lágrima alguna.

Ingredientes:
- 1 botella de 33 cl de cerveza Guiness (no sirven apaños)

Ingredientes básicos
- 2 muslos de pollo de corral troceados por la mitad
- 1 cebolla  (en este caso cebolleta)
- 1 chalota  (licencia)
- 1 rama de apio
- 1/4 de puerro

Ingredientes aromáticos
- 1 zanahoria
- 1 trozo de mantequilla
- Aceite de oliva virgen extra (licencia mediterránea)
- Un pellizco de romero
- Un pellizco de salvia
- Un pellizco de tomillo
- 1 vaso de caldo de pollo
- Sal y pimienta al gusto
- Patatas
- 1 nuez de mantequilla
- Leche
- Sal y pimienta al gusto

Albahaca

- 1 hojita de albahaca

Manos a la obra:
1 - Poner a Van Morrison y Chieftains entonaco baladas inrlandesas.

Pollo dorado
2 - Salpimentar el pollo, dorarlo en la cazuela y reservar.
3 - Desglasar el fondo de la cazuela con un chorro de cerveza.
4 - En la misma cazuela, pochar a fuego lento las verduras, pasar por la túrmix y añadir el pollo, el caldo, las especies y el resto de la cerveza.

Operación cocción
5 - Cocer a fuego lento durante al menos 1 hora o hasta que el pollo esté tiernísimo.

Operación puré
6 - Mientras tanto elaborar un puré de patata con al menos una cuarta parte de mantequilla.

Operación reducción
7 - Reducir la salsa hasta la textura deseada.
8 - Servir napado con salsa y coronado por una flor de albahaca (cursilada de turno), servir y a........................................¡¡¡triunfaaaaaaaaaaaaaaar!!!

6 comentarios:

Juan Nadie dijo...

El pollo como mejor está es así, en la cazuela, y no corriendo como pollo sin cabeza por los corrales, hombre.

El tío Van hasta las canciones de sus tierra las canta mejor que nadie. Y acompañado por "Los Jefes" ni te cuento.

marian dijo...

No voy a llorar, porque no me gusta la cerveza, espero que no se note mucho su sabor al final pues en la foto está impresionante.

marian dijo...

Y el puré... que no falte.

marian dijo...

El iPad... ¿seguro que no se ha caído a la cazuela con el pollo?.

Sirgatopardo dijo...

Allá andará, con cabeza y sin ella...

Sirgatopardo dijo...

La foto, no le hace justicia. La voy a registrar y montar un chiringuito en Dublín, que es lo más parecido a Reinosa que conozco...