Las primeras setas
Aunque es en otoño cuando nuestros bosques son más generosos en la cantidad y la variedad de setas que nos ofrecen, a mediados de verano ya podemos disfrutar de algunos hongos. Si el final de la primavera ha sido lluvioso, al abrigo del sol, debajo de los castaños o las hayas, aparece la seta denominada carbonera, que en mi tierra llamamos "puagra llora", y que en el País Vasco, donde es muy apreciada, recibe el nombre de "guibel urdin". Las carboneras pertenecen a la familia de las rusuláceas, que presenta muchas variedades, a menudo comestibles, como la Russula cyanoxhanta y la Russula virescens, más conocida en Galicia como netorra dos cregos. En total, según los micólogos, existen más de 180 variedades de rusolácea.
Las carboneras tienen un sabor ligeramente dulzón parecido al de las avellanas. Por su fragilidad, no son setas comerciales ni pueden guisarse, pero yo las utilizo cuando puedo, porque me parecen culinariamente excelentes. Me encantan salteadas, a la brasa, a la plancha y, sobre todo, cocidas a la "llauna". Como también me encantan, y aún tengo en más alta estima, las setas de la familia de los Boletus, cuya forma característica de tapón de champán asoma en el suelo de los bosques de montaña más o menos por la misma época, cuando nuestro paladar aún conserva el recuerdo de las setas de San Jorge (Calocybe gambosa), perrechicos o moixerdons, que aparecen a finales de abril y pueden durar hasta principios de verano. ¡Qué ricos están con huevos revueltos o en tortilla!
Las setas siempre me han parecido, además de sabrosas, ideales para dejar correr la imaginación. Como no tienen clorofila, darles un toque verde con un poco de perejil, espinacas o cebollino suele resultar muy agradecido, y más con poquito de ajo verde o incluso seco. Las opciones que permiten respetar sus caprichosas e imaginativas formas las hacen aún más apetitosos, ya que consiguen seducir también nuestra imaginación. De hecho, en el blog Oersuasiones, de Martín Caro (www.persuasiones.com/setas-y-creatividad/), existe un decálogo sobre la creatividad denominado "método micológico para generar ideas", tan divertido como ilustrativo de hasta qué punto las setas constituyen una fuente de inspiración natural, incluso sin comerlas. Entren en el blog y reflexionen; ya lo verán.
Mis mejores recuerdos relacionados con las setas se los debo a mis padres. Salir al monte a rayar el alba y adentrarme en los bosques húmedos, en silencio, aguzando la vista y concentrado en buscar setas, es algo que me resultaba muy gratificante. El discernimiento de mi padre, sus conocimientos del terreno y la delicadeza con la que retiraba las hojas secas de las setas, que luego cortaba e introducía en el cesto, me pareció siempre un espectáculo. Nunca le vi cortar una seta que no conociera, ni erosionar con horquillas o ganchos el terreno. Volviendo a casa, con gran satisfacción, me contaba cómo cocinaríamos el tesoro vegetal que llevábamos en los cestos. ¡Que gozada!
Santi Santamaría - Una reivindicación del buen comer
Vamos hoy con una receta otoñal, o de cualquier estación del año, si, como es el caso, las setas son hidratadas o congeladas. Que le vamos a hacer, si uno no tiene ni las habilidades de Santi Santamaría para la recolección de las setas, ni siquiera amigos o parientes seteros a los que dar el sablazo.
Grado de dificultad: Ya que no las ves en el bosque, al menos no las pises.
Las salchichas |
Las setas |
Verduras |
Puede ser de carne |
- Caldo de pollo
- Un pellizco de tomillo
- Un pellizco de perejil
Una nuez de foie gras |
Marchando una de aromas... |
Operación evaporado |
Operación arroz |
Casi listo |
9 - Espolvorear con perejil, servir, y a....................................¡¡¡triunfaaaaaaaaaaaaaar!!!
5 comentarios:
Una lástima lo de las setas este año, y ya llevamos varios. Nos consolaremos con este plato. Y con el Aaron Diehl Quartet, que por cierto son muy buenos.
Pues ayer para cenar y hoy en el almuerzo, aunque parezca extraño e increible, he comido dos revueltos de setas de Campoo.
Hay días en que viene.....a verte.
Hoy ha sido otro de esos días al zamparme las restantes.
Qué buena versión del Concierto de Aranjuez. Ese arroz con setas me lo comería con los ojos cerrados.
Aunque fuesen Aanitas Phaloides...y perdón por la grosería.
Publicar un comentario