Aspecto final de la receta |
Sí puede ser un artista, pero es algo que sólo sabe percibirlo el cocinero cuando está transformando verdaderamente el alimento al fuego. Así como el buen músico es consciente de su capacidad artística cuando siente el violín vibrar en los carrillos, en la acción de cocinar hay miles de pequeños giros que el comensal nunca podrá percibir, pues están únicamente al alcance del chef, desde el olor a la acción, el gesto y la tensión del momento o el trabajo resuelto satisfactoriamente; hay instantes que suceden cuando guisas, intransferibles, tan sólo tuyos. Son momentos que el cocinero vive y siente como verdadero artista.
ODA A LAS PAPAS FRITAS
Chisporrotea
en el aceite
hirviendo
la alegría
del mundo:
las papas
fritas
entran
en la sartén
como nevadas
plumas
de cisne
matutino
y salen
semidoradas por el crepitante
ámbar de las olivas.
hirviendo
la alegría
del mundo:
las papas
fritas
entran
en la sartén
como nevadas
plumas
de cisne
matutino
y salen
semidoradas por el crepitante
ámbar de las olivas.
El ajo
les añade
su terrenal fragancia,
la pimienta,
polen que atravesó los arrecifes,
y
vestidas
de nuevo
con traje de marfil, llenan el plato
con la repetición de su abundancia
y su sabrosa sencillez de tierra.
les añade
su terrenal fragancia,
la pimienta,
polen que atravesó los arrecifes,
y
vestidas
de nuevo
con traje de marfil, llenan el plato
con la repetición de su abundancia
y su sabrosa sencillez de tierra.
Del poemario "Navegaciones y regresos" (1959), de Pablo Neruda.
Vamos hoy con una receta que le levantará la boina al que se suela vestir con galas y adornos folclóricos.
Grado de dificultad: La posterior digestión
Ingredientes:
- Manos de cerdo crudas o cocidas, depende del tiempo que le queráis dedicar al tema
- 3 cebolletas
- 3 dientes de ajo
- 4 patatas de Valderredible o en su defecto las que mejo0r calidad que tengáis en vuestra zona
- 60 gramos de pepinillos en vinagre picados
- 40 gramos de alcaparras picadas
- Caldo de pollo o carne
- Perejil picado
- Una cucharada de mostaza de Dijon o similares
- Aceite de oliva virgen
- Aceite de oliva virgen
- Sal y pimienta negra
Manos a la obra:
1 - Poner a Barbara Hendricks cantando "Don't explain"
Para las patatas:
Las patatas una vez confitadas |
2 - Precalentar el horno a 160 C.
3 - Pelar y cortar las patatas en rodajas de aproximadamente medio centímetro de espesor.
4 - Confitar las patatas en una cazuela baja (cocotte) cubiertas del aceite de girasol a fuego lento durante unos 25 minutos.
Para la farsa:
5 - Pochar las cebolletas y el ajo dentro de una sartén con un chorro de aceite de oliva, hasta que estén bien suaves.
6 - Agregar los pepinillos, las alcaparras y el perejil picado.
7 - Agregar la mostaza, la pimienta y la sal.
8 - Añadir las manitas previamente cocidas y cortadas en cuadrados pequeños y mezclar bien.
9 - Añadir el caldo y dejar reducir a fuego lento durante aproximadamente 20 minutos, hasta que quede la farsa quede bien melosa.
10 - Colocar las patatas en un cilindro metálico bien escurridas del aceite, situar encima la farsa y meter al horno unos 20-30 minutos.
11 - Sacar, añadir un chorro de aceite, adornar con unas hojas de ensalada como guarnición, servir, y a........triunfaaaar.
25 comentarios:
Se nota de dónde te nutres, para entrar al blog vamos a necesitar ir vestidos de etiqueta.
Qué nivel y qué pinta tiene.
Cualquiera se come las papas de Neruda, sería un pecado.
Deja, deja, que una buenas patatas fritas con huevos con puntilla, son difíciles de mejorar.
¡Manitas de cerdooo! (Léase con la entonación de Homer Simpson).
Efectivamente para levantar la boina. Yo le quitaría los pepinillos en vinagre, pero en fin.
¿Y quien se resiste a las patatas después de haber leído el poema de Neruda?
Joé con el Santi Santamaría, oye, Beethoven a su lado un pringaíllo.
Lo de los pepinillos es para contrarrestar la grasa de las manitas, y funciona.
Pues una es muy manitas, ¡a ver si funciona conmigo!.
Aunque no lo necesite, que me sobrarán 200 gramos + o -
Eso seguro, si lo hago yo, créeme que cualquiera también.
Pues yo con mis noventaytantos kilos estoy estupendo.
Tengo una receta propia de mi casa, de manos de cerdo, que me la piden mucho.
Cuezo las manos con sal, un casco de cebolla, laurel y un poquito de pastilla de carne. Ya sabes, "cueces o enriqueces" que dice el anuncio.
Deshueso y pico la carne ya bastante desengrasada.
En un bol, bato unos huevos, (dependiendo de la cantidad de carne que tengo le echo tres o cuatro)
Le añado la carne se la mezclo y empiezo a dejarle caer pan rallado y mezclar hasta que se haga una pasta homogénea y facil de tratar.
Aceite de girasol en la sarten bien caliente y con una cuchara voy echando porciones tipo buñuelo.
Hay que tener la tapa a mano que suelen escupir, las muy cabronas.
Son un vicio, empiezas a comer y dices: pues si esto no tiene na, venga una más y lo dejo... bueno, otra, la última, la ultimísima, esta si que es la última de verdad, la realidad es que la última hay que pelearla cuando la bandeja está vacía.
Lo de los gramos y los pepinillos es en broma, hombre.
Cómo aprovechan algunos para atacar o quizá ¿pretender ridiculizar?.
Vamos, pero si disfrutas, a lo tuyo.
Joer Finchu, eso tiene buena pinta. Lo probaré.
Lo de los gramos, a buen seguro serán bastante más. Lo de los pepinillos, cualquier cosa que suene a novedad, rechina a los conservadores .
Por cierto Finchu, tu receta, con una salsa vizcaína, puede ser la bomba.
Algún día la voy a hacer y editar...
Buf Gato, bastante más, pero bien distribuidos:), pero lo de manitas es absolutamente cierto (para alguna cosa...manazas).
Mi hermana la mayor (que es una cocinera excepcional) las cocina con la salsa vizcaína y están para chuparse los dedos (porque las patitas son para comerlas con las manos).
Yo también las hago rebozadas y en salsa vizcaína, pero
lo de Finchu, me ha gustado.
Joé, vaya panda de cocinillas que nos hemos echao en el barrio...
Por cierto Marian, con ese tipo de distribuciones, están de acuerdo hasta JN y Finchu....
Ay Gato, a mí lo único que me preocupa es la distribución de la riqueza,en el mundo la paz mundial, esas cosas que me hacen solidaria con la humanidad; ser profunda y distribuir mi profundidad por la WWW con una virtual e intensa profundidad.
Conectar el universo con mi yo interior cuando contemplo extasiada un íntimo y rojo atardecer mientras una delicada lluvia de estrellas estrelladas va cayendo lentamente sobre mí...después de haber degustado un pastel de patatas con manitas de cerdo.
(Espero haber sido lo suficientemente profunda, que esto strepteases emocionales no se hacen todos los días -y una es muy pudorosa para estas cosas-, y que se lea con sorna, solo faltaba que...)
O sea, una buena siesta digestiva.
Pues después de unas buenísimas chuletas, choricillo, panceta, morros y careta a la brasa (todo ello regado con buen vino de RIOJA) sí que habría venido bien una buena siesta digestiva, pero no.
Ya le gustaría al Adriá, ya.
Eso sí, acaba una con la grasa corporal mal distribuida, pero...
Tengo que decir en honor a la verdad, que quien las inventó fue mi mujer, lo que pasa es que a ella le da pereza hacerlas y como nos gustaron mucho, pues me tuve que poner manos de cerdo a la obra.
Ya sé que esto a ti no hace falta explicartelo, pero para otros menos expertos que visiten tu blog, quiero aclarar que las manos hay que limpiarlas bien, si hay pelitos se deben quemar, rascar y lavar bajo el grifo, se ponen en la cazuela, se cubren con agua, un puñado de sal y chorrito de aceite de oliva, yo es que siempre empiezo asi cuando se trata de cocer, sea pasta o empiece a cocer los arreglos para cocido, ensaladilla rusa, en fin...
Es que los principios son fundamentales......
Pero que si no te gustan estos tengo otros...
Ya empiezo como Nadie.
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