Las patatas satánicas
Mala prensa tenían entre los botánicos del siglo XVI las solanáceas, que abarcan una amplísima variedad de vegetales que van desde un tubérculo como la patata hasta una fruta como el tomate.
La llegada desde América de tales parientes lejanos de la belladona, que puede ser letal, inclinó a los europeos a rechazarlos.
En el caso de la patata se sumó la apariencia poco agradable de ese tubérculo que crecía bajo tierra...
A la condición demoníaca que se atribuyó a la patata se sumó la patraña de que eran transmisoras de toda clase de enfermedades. Hacia 1640 las patatas eran consideradas una comida maldita en buena parte de Europa. Los escoceses se negaron a comerlas porque no se las mencionaba en la Biblia...
Sólo en el siglo XVIII la gastronomía europea dio su aprobación a la patata.
En Francia el caso de la patata fue muy especial. Parmentier aprovechó la invitación de visitar Versalles para intentar convencer a Luis XVI de que la hambruna que asolaba al país podía superarse cultivando patatas. Obtuvo un beso de María Antonieta, quien prendió un ramillete de flores de esta planta, que portaba el buen boticario Parmentier, en su real pecho, pero la patata sólo se empezó a cultivar después de la Revolución...
Lilian Goligorsky - Historias curiosas de la gastronomía
Y luego dicen que el pescado es caro
Los expertos en cocina de la galleguidad se pronuncian por comer el marisco simplemente cocido y, si queda algo, para empanadas y otros guisos. Sueiro suministra una fórmula para paliar la crueldad de cocinar los mariscos vivos, y consiste en adormecerlos con unas gotas de vinagre en la boca y luego zambullirlos en agua hirviendo, que es el morir. Parecen sufrir menos; ningún marisco ha opinado sobre la cuestión. De los moluscos gallegos, merece especial atención el pulpo. Se puede decir que en cualquier tasca de Galicia, a cualquier hora, por toda la eternidad, se puede comer pulpo a feira, cocido en calderos de cobre caliente y adobado con aceite crudo y pimentón picante. Entre los peces del mar, galleguean con fortuna lenguados, rodaballos, meros, merluzas, salmonetes y congrios; consumidos fritos, a la parrilla o cocidos con salsa ajada, elaborada con aceite, ajo y pimentón. El pescado se suele acompañar de las harinosas y sabrosas patatas gallegas, llamadas cachelos; en segundo orden de preferencias: el besugo, el rape, así como fanecas, rayas y pargos. Obligatorio mencionar a la sardina, por las recetas hechas a su costa: esparradas, abiertas y rebozadas, empanadas, cocidas, maceradas, en caldeiradas, rellenas de carne, asadas, al horno, y guisadas a lo picadillo, con cebolla, perejil, ajo, orégano, pimiento rojo y pan rallado. Como la lamprea o el bacalao, la sardina le entra bien a la empanada. La caldeirada admite casi todos los pescados y se origina en un guiso de los marineros embarcados para la pesca en alta mar. Aparece en la carta de cualquier restaurante, mediante pescados canónicos: merluza, rape, congrio, rodaballo, bacalao; cocidos con patatas, ajo, aceite y pimentón, aunque hay caldeiradas abiertas al pimiento, el laurel o el tomate. Una visita por el mercado de pescado de Vigo es experiencia inolvidable sobre la calidad y la cantidad de pescados y el saber de los gallegos sobre sus capturas. De la merluza distinguen la pijota y la pescadilla para freír, la merlucilla, que ya permite guisos y hervidos; la merluza terciada, que va a más, y la merluza merluza, no la toquéis más, así es la merluza, a la espera de caldeiradas y hervidos breves. Exactos.
Manuel Vázquez Montalbán
Grado de dificultad : Acordarse del nombrecito
Ingredientes para dos personas :
- 3 patatas cocidas con su piel
El bonito del Norte |
Algunos componentes |
- 1/2 pimiento verde
- 1/2 pimiento rojo (asado a ser posible, no en este caso)
- Un puñado de aceitunas negras
- 2 huevos de corral cocidos
Más componentes |
- Unas hojas de lechuga
- Un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra
- Unas gotas de vinagre de Jerez
- Un pellizco de sal gruesa
- Un pellizco de pimienta
Manos a la obra :
1 - Poner a Julio Resende jazzeando el "Shine On You Crazy Diamond" de Pink Floyd.
Operación cocido |
2 - Cocer los huevos y las patatas con abundante agua y sal hasta que estén en su punto.
3 - Trocear los pimientos, la lechuga y el tomate, reservar.
4 - Añadir las aceitunas y el bonito.
5 - Pelar las patatas y los huevos (lo digo porque algunos de los visitantes de este blog, me consta no lo han hecho en su vida), cortar ambos en rodajas.
6 - Disponer en en un plato las patatas y el huevo, colocar encima el tomate, las aceitunas y el pimiento. Finalmente la lechuga y el bonito, aliñar al gusto de cada cual, servir, y a.......¡¡¡triunfaaaaar!!!